La prueba ácida es uno de los indicadores financieros utilizados para
 medir la liquidez de una empresa, para medir su capacidad de pago.
Uno de los elementos más importantes y quizás contradictorios de la 
estructura financiera de la empresa es la disponibilidad de recursos 
para cubrir los pasivos a corto plazo.
Se considera de gran importancia que la empresa disponga de los 
recursos necesarios en el supuesto que los acreedores exijan los pasivos
 de un momento a otro.
Por lo tanto, la empresa debe garantizas que en una eventualidad así,
 se disponga de los recursos sin tener que recurrir a financiamiento 
adicional, precisamente para cubrir un pasivo.
Para determinar la disponibilidad de recursos que posee la empresa 
para cubrir los pasivos a corto plazo, se recurre a la prueba ácida, la 
cual determina la capacidad de pago de la empresa sin la necesidad de 
realizar sus inventarios.
La disponibilidad de efectivo o bienes y derechos fácilmente 
convertibles en efectivo de la empresa está representada por el 
efectivo, las inversiones a corto plazo, la cartera y los inventarios.
La prueba ácida excluye los inventarios, por lo que solo se tiene en cuenta la cartera, el efectivo y algunas inversiones.
La razón por la que se excluyen los inventarios, es porque se supone 
que la empresa no debe estar supeditada a la venta de sus inventarios 
para poder pagar sus deudas. Esto es especialmente importante en 
aquellas empresas en la que sus inventarios no son de fácil realización o
 en empresas en decaimiento comercial, que por su situación no pueden 
garantizar una oportuna venta, por lo que tampoco podrán garantizar un 
oportuno pago de sus deudas si están “garantizadas” con inventarios.
Fórmula para calcular la prueba ácida
PA = (Activo corriente – Inventarios)/Pasivo corriente
Supongamos un activo corriente de 10.000, unos inventarios de 6.000 y un pasivo corriente de 5.000.
Tendríamos entonces
(10.000-6.000)/5.000 = 0.8
Quiere decir esto que por cada peso que debe la empresa, dispone de 
80 centavos para pagarlo, es decir que no estaría en condiciones de 
pagar la totalidad de sus pasivos a corto plazo sin vender sus 
mercancías.
Se supone que el resultado ideal sería la relación 1:1, un peso que 
se debe y un peso que se tiene para pagar, esto garantizaría el pago de 
la deuda a corto plazo y llenaría de confianza a cualquier acreedor.
No quiere decir esto que si la relación es inferior a 1, sea un 
resultado negativo, puesto que existen muchas variables más que inciden 
en la capacidad de pago real. Cada empresa y cada sector económico se 
comportan de forma diferente y pueden sortear de forma más o menos 
eficientes situaciones de exigencia de liquidez.
FORMULA
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